¡Albricias y chirivitas! Estos son los últimos coletazos de la fase de grupos, y me atrevo a decir que desde las Guerras púnicas el mundo no había presenciado tan duras batallas. Son los últimos, porque son los que más me ha costado decidir.
Mala leche ha tenido el azar poniendo juntos en el Grupo 13 cuatro discos enormemente distintos entre sí en cuanto al estilo, y a la vez similares en tanto que presentan buenísimas canciones todos. Seguiremos hablando de Boomgates y Tamaryn más adelante, ahora como de costumbre me extenderé con los caídos.
Uno de los debuts más interesantes del año, el homónimo disco de Allah-Las recupera el sonido de los sesenta con remarcable gracia. Buenos temas con la dosis justa de psicodelia para mojar, que no empapar. Lo que hay en Vis-a-Vis o Busman’s holiday es pop, principalmente, de factura garagera y fresca.
Janiva Magness come aparte. Una blueswoman de la vieja escuela con una vigorosa voz empapada de soul. Acostumbra a versionar temas ajenos, sólo incluyó una composición propia en su debut de 1997 y en este Stronger for it que nos ocupa, tres de ellas: There is It, I Won’t cry y “Whistlin' in the Dark. Una pena que no se prodigue más como compositora, porque estas tres canciones son de lo mejor del álbum. De entre las versiones cabe destacar por supuesto la que hace de Make it Rain, del gran Tom Waits.
Y si el anterior era un grupo espinoso el Grupo 6 es un zarzal impenetrable. Woods y sobretodo Giant Sand son los que siguen jugando, pero First Aid Kit son tan bonitas... Suecas y pezqueñinas, a las dos hermanas Söderberg las conocimos con una versión del Tiger Mountaint Peasant Song de Fleet Foxes, pero eso fue hace cinco años, en ese tiempo han crecido y mucho. Su disco, The Lion’s Roar, es un pepinazo de “folk de estudio”, canciones exquisitamente producidas en que se scrifica algo de la frescura del “folk de verdad” a cambio de sonar de puta madre. Y no nos engañemos; muchas veces los folkis de verdad son greñudos y harapientos, estas chicas en cambio van bien vestidas y con peinados bien aseados. Cinismo aparte, chapeau por las muchachas, han sacado un auténtico discazo.
Lindsay Fuller encauza con su conmovedora voz diez canciones de corte muy americano, impregnadas de un dramatismo irresistiblemente atractivo. No voy a entretenerme demasiado hablando de ella por una sencilla razón: cuanto más lo haga más difícil se me hará dejarla caer. Me arriesgaré a recomendaros esta reseña de You, Anniversary, muy completa, y pondré a prueba mi voluntad buscando este video de la desgarradora Libby, bien rockero.
John Hiatt es el rey del Grupo 10, sí, ¿pero quién sería su senescal? Al final ejercerá como tal Sun Kil Moon y los otros dos contendientes deberán marchar al exilio.
Qué feo es el guitarrista de The Fresh and Onlys, Wymond Miles, pero bajo la pálida luna su debut en solitario suena genial, sin contar que la portada es realmente preciosa. Muy oscurete y gótico el disco, recomiendo escuchar Pale Moon para quedar prendado de su música.
Volvamos a 1983. Por esas fechas Vini Reilly empieza ya a consolidarse bajo el seudónimo The Durutti Column, del que hablaré algún día más extensamente. Prepara su cuarto disco, pero cuando lo tiene listo su manager le convence para que expanda uno de los temas del susodicho, y junto con algunas ideas de otros EPs se confeccionó uno de los álbumes más aclamados del indie experimental de la época, a saber, (redoble de tambores) Without Mercy. Así pues, aquél otro disco nunca vio la luz –hasta ahora. En 2012 por fin se ha editado Short Stories for Pauline, uno de esos trabajos perdidos y legendarios acompañados por la mística melómana, pero que además en este caso y más allá de esas consideraciones es bueno. Encontramos en él la mencionada composición que dio pie a Without Mercy, Duet, también notables ejemplos del inconfundible sonido de guitarra de Reilly (College, Journeys by Vespa). No aconsejo este disco traspapelado para conocer a The Durutti Column, pero desde luego aquellos que ya conozcan al grupo no pueden pasar de largo.
Ya lo dijo Viola, en toda lista debe haber una joya, y en este Torneo la encontramos en el Grupo 7. No los musculosos Howlin Rain, que con su eclecticismo han hecho morder el polvo a Soundgarden, que ni estaban ni se les esperaba pero que con King Animal han vuelto a lo grande. Ya lo dicen ellos mismos, “I've been away for too long”.
Cuando hablo de joyita me refiero a Neil Halstead: lo que significa que a Grizzly Bear les veré en el Primavera Sound, pero no más por aquí. Y eso a pesar de que los osos pardos se han sacado de la manga un discazo este año. Continúan siendo tan frikis como antes pero de algún modo han logrado que sus extravagancias caigan más simpáticas que nunca. El tupido batín de ritmos con que se cubren no irrita demasiado, más bien estimula, y con buen ojo han cargado cada canción de quiebros y vaivenes con los cuáles nuestras orejitas pueden entretenerse vez tras vez. Que sirva de ejemplo de esto Speak in Rounds. Pero quedarme con una sola canción es complicado, porque las hay muy buenas, y si no son las mejores las que diré no creo que estén muy lejos: Half Gate, la que más me atrajo en un principio, y A Simple Answer.